NUESTRA HISTORIA

La historia de LBV comienza en 1974, desde el inicio, nació con un propósito claro: aportar innovación y compromiso al desarrollo del sector avícola salvadoreño.
Con el paso de los años, en el 2000, LBV abrió sus alas hacia nuevos horizontes. La empresa se expandió a mercados distintos y diversificó su portafolio más allá de los productos tradicionales, consolidando su capacidad para responder a las demandas de un mundo en constante cambio.
En 2010, la visión de crecimiento tomó más fuerza con una inversión estratégica en marketing, que posicionó a LBV como una marca regional de confianza. Las alianzas con socios clave permitieron llevar soluciones más completas al mercado, ampliando la distribución de vacunas veterinarias y fortaleciendo la presencia de la marca.
El 2018 fue un año de transformación. Nuevas ideas y una visión renovada abrieron paso a un rumbo estratégico más ambicioso: la diversificación de productos, la apuesta por la innovación y el fortalecimiento de la calidad como sello distintivo de LBV.
Un año después, en 2019, se adoptaron estándares industriales de vanguardia que modernizaron la planta de producción, optimizando procesos y asegurando un crecimiento sostenible en sintonía con la excelencia.
En 2020, LBV se consolidó como referente nacional en productos veterinarios, centrando sus esfuerzos en el bienestar animal y en soluciones integrales para la salud, nutrición y alimentación de una población en constante crecimiento.
Y en 2023, la empresa reafirmó su papel como un actor clave en la seguridad alimentaria, impulsando la eficiencia productiva y enfrentando con firmeza los retos del crecimiento poblacional, al tiempo que contribuye a disminuir la dependencia de importaciones.
Hoy, LBV es más que una marca: es una historia de evolución, innovación y compromiso con la vida, que sigue marcando el camino hacia un futuro de bienestar y seguridad alimentaria para El Salvador y la región.